No pospongas, la vida vuela
¿Quién me presentarás que de su verdadero valor al tiempo? ¿que aprecie el día? ¿y comprenda que diariamente se acerca la muerte? Nos engañamos al considerar que la muerte está lejos de nosotros cuando su mayor parte ha pasado ya, porque todo el tiempo transcurrido pertenece a la muerte. Emplea bien todas las horas y menos necesitarás del porvenir cuánto mejor trabajes en el presente. Mientras nos detenemos transcurre el tiempo. Todas las cosas no son ajenas querido Lucilio. Solamente es nuestro el tiempo. De esta única cosa nos puso en posesión la naturaleza, pero es tan ligera y resbaladiza que nos la puede quitar cualquiera.Y tal es la necedad de los hombres que agradecen las vagatelas que se les conceden, por nada cuentan el tiempo que se les ha dado y que sin embargo tan grande cosa es que ni el más generoso podría pagar jamás.
Séneca. Cartas a Lucilio 1.2, 1.3
Séneca le está recordando a su amigo Lucilio que el tiempo es posiblemente el bien más preciado que tenemos y que, sin embargo, la gente parece desperdiciar como si lo prestara, dedicandolo a cosas de poco valor y ese préstamo nunca puede ser devuelto.
Cada minuto de tu vida que se ha ido lo ha hecho para siempre. Es por eso que el filósofo exhorta a su amigo a continuar con cualquier tarea que sea importante para él, hoy, porque no sabe si habrá un mañana y no es prudente depender de ese mañana.
Los estoicos se han representado a menudo en el mundo popular como individuos pasivos pasando por la vida sin pena ni gloria, sin emociones, e impermeables a las vicisitudes de los demás. Nada más lejos de la verdad. Como Séneca dijo aquí eran hombres y mujeres de acción, conscientes de que el tiempo es limitado y el ser humano tiene el deber de usarlo bien. Por lo tanto, tómate un momento para reflexionar sobre lo que estás haciendo hoy y si es lo suficientemente importante como para prestar o tirar el único bien que nadie nunca te podrá devolver.
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